jueves, 26 de enero de 2012

LUZ QUE NO ILUMINA, NO TIENE SENTIDO

Marcos 4. 21-25. También les dijo: “¿Acaso se trae una lámpara para ponerla ...

Porque la característica fundamental y única de la luz es iluminar. No podríamos entender que una luz no sirviera para iluminar. Algo estará fallando si eso sucede. Encender la lámpara para ocultarla bajo la mesa sería de estúpido, porque la luz se enciende para iluminar.

De igual forma, la luz de la Palabra que CRISTO nos enseña y ilumina toda nuestra vida, hasta el punto de darle sentido y significado. Y ese sentido y significado nos impulsa a transmitir esa luz hacia otros que buscan también iluminación en sus vidas. Sólo aquellos que se esconden y se ocultan, no se dejan iluminar por esa luz de la Palabra que trasciende. 
Se encierran en sí mismos y desprenden tinieblas y sombras. Se parapetan en la oscuridad de forma que impiden que la luz pueda brillar. Hay muchas maneras de parar esa luz que nos llega de la Palabra, y de entenderla desde nuestros propios criterios e intereses, y no desde los deseos y Voluntad de DIOS. Nos autoengañamos usando la Palabra para dejar la Luz debajo de la mesa, y ocultarla.

Estemos atento a esa Palabra que nos quiere dar Luz, Luz divina que nos haga darnos cuenta de la necesidad de madurar y crecer en confianza y fe al SEÑOR. Porque sólo de ÉL nos viene la verdadera Luz que ilumina y da sentido a nuestra vida. Porque al que se abre a la Luz, al que la recibe, se le dará, pero a todo aquel que se niega a recibirla y acogerla, aun lo que tenga se le quitará.

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