Siento miedo y vergüenza de ofenderte y dejarte en mal lugar. Tiemblo solo pensar que mis propios hijos no lleguen a Ti por mis pecados y torpezas, y que mi seguimiento a Ti sea más producto de mi egoísmo e intereses que de transmitirte en espíritu y verdad.
Soy pecador, Señor, y sé que Tú me quieres y me aceptas tal como soy, pero me propones crecer y mejorar en bondad, justicia y verdadero amor en tu presencia. Contigo y en Ti es posible morir a mi propia voluntad y hacer la Tuya, la Verdadera, la que nos hace felices y nos hermana en justicia y paz.
Hoy nos descubres hasta que punto estás dispuestos a tratar a aquellos que viven en apariencia de mostrarse ante y entre los hombres como seguidores tuyo y luego son falsos, injustos, avariciosos, incomprensivos y mal intencionados. Amigos de lo ajeno y de la mentira para conseguir satisfacerse y hacer su voluntad. Los llamas guías de ciegos, hipócritas que se muestran limpios por fuera, pero rebosantes de robo y desenfreno interiormente.
Estar contigo Señor es caminar y vivir en la Verdad: Límpios por dentro y también si se puede, por fuera. Pero es la disposición interior, el corazón, lo que debe estar abierto a seguirte y entregarse en tu Amor para hacer tu Voluntad.
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