(Lc 6,1-5) |
Leyes de los hombres que van contra los hombres; leyes que imponen pesos en lugar de aligerar cargas; leyes que obstaculizan en lugar de facilitar y ayudar. Leyes que devoran y oprimen porque su gozo se esconde en el cumplimiento o castigo. Leyes que afilan lenguas que destruyen, acusan y matan para llenar el vacío de su propias conciencias. Leyes que viven de la critica, la sospecha y el juicio haciendo de ellas su propia religión.
Jesús desvela toda esa hipocresía y contrapone su Amor que genera verdad, libertad y paz. No está hecho el hombre para ser esclavo del sábado, sino todo lo contrario - el sábado para el hombre - las leyes en función del bien del hombre.
No son las obras, lo externo, lo que vale, sino lo que se fragua dentro del corazón del hombre. Son las intenciones del corazón las que dan valor a la obra del hombre. Nunca las normas, las leyes o cumplimientos, pues cuando se ama, todo lo que nace coincide y cumple con la Voluntad de Dios.
'Son las intenciones del corazón las que dan valor a la obra del hombre'. Por es mismo debemos estar endientes de no despreciar las cosas pequeñas que pueden parecer depreciables, per, a veces, tiene tanto valor.
ResponderEliminarUn abrazo