sábado, 29 de marzo de 2014

LA NECESIDAD DEL PERDÓN


(Lc 18,9-14)

Descubrirme necesitado de Perdón y Misericordia es experimentarme pecador, pobre y enfermo. Sólo así, cuando me experimento enfermo descubro la necesidad de médico. ¡Pero no cualquier médico!, porque no cualquier médico puede sanar este tipo de enfermedad. Sólo Tú, Señor, por tu Inmenso Poder e Infinita Misericordia puedes embriagar mi humilde y pobre corazón de paz y auténtico amor.

Sólo Tú tienes Palabra de Vida Eterna. Palabra que da Vida nueva y renueva todo mi ser limpiándolo de toda inmundicia y pecado. Dame Señor un corazón publicano que sepa abajarse y humillarse ante tanta Grandeza y Divinidad, pero sobre todo, Misericordia y Amor.

Porque Tú, Dios mío, eres Fuente de Perdón y Misericordia, yo me postro ante Ti y te suplico misericordia por todas mis faltas, mis pecados de omisión, de indiferencia, de egoísmos...etc., que me impiden responder a tu llamada tal y como a mí me gustaría. 

Por todo ello Señor, te ruego transformes mi corazón endurecido, cómodo e instalado en un corazón generoso, activo y disponible para amar por amor.

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