martes, 27 de mayo de 2014

NADA PUEDE PERTURBARNOS

(Jn 16,5-11)


Quizás hoy sea un día para el pesimismo. Ayer las tertulias televisivas en España mostraban una nota pesimista sobre las presentes elecciones europeas al parlamento. El mundo parece volverse loco con la pérdida de valores, con los derechos a matar, sobre todo a inocentes y muchas cosas más. Parece que entramos en una sociedad decadente, inmoral, perdida, caótica, de derechos apoyados en libertinajes, de enfrentamientos y egoísmos.

Yo voté a un partido cristiano católico y ni siquiera ha aparecido en el recuento electoral. Me pregunto dónde están los católicos. La defensa de la vida, la libertad, la educación y los mandamientos brillan por su ausencia. Al parecer no hay muchos católicos, o son de boquillas, de misas, de normas... pero no de guardar los mandamientos del Señor. Y sólo esos serán llamados sus hijos y no otros.

Sin embargo, empiezo mi humilde reflexión hoy por aquí, no con ninguna intención de convencer ni de llamar al orden, sino de resaltar que nada nos perturba porque con nosotros está el Espíritu de Jesús, que está entre nosotros ante la marcha del Señor a la derecha del Padre. Él sigue y continúa en su Espíritu Santo el camino con nosotros, y a pesar de lo revuelto y mal que andan los tiempos, nada tendremos que temer porque el Espíritu Santo habita y camina con nosotros.

Todo ha sido sentenciado. Conocemos el veredicto del Príncipe de este mundo, y ha sido vencido. Por lo tanto, a pesar de las apariencias y las tempestades, en el Espíritu Santo saldremos vencedores.

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