viernes, 29 de junio de 2018

TÚ, SEÑOR, ERES EL MESÍAS QUE YO ESPERO

Resultado de imagen de Mt 16,13-19
Mt 16,13-19
De esa confesión arranca todo. Eso supone fe, una fe pedida y regalada por el Señor, porque, nosotros mismos, nos será imposible. La fe es un don de Dios y tendremos que pedirla, abrirnos a ella y esperar.  Dios es inmensamente justo y nos dará lo mejor, pero quiere que de alguna manera nos lo ganemos. Para eso nos ha creado libres y nos ha dado unos talentos que tendremos que poner a rendir y dar frutos. 

Dios espera que confiemos en su Palabra. Para ello nos ha dado razones, ha realizado obras y milagros que nos demuestran que habla en verdad y es el enviado del Padre. Nos quiere salvar, pero necesita que le creamos y que tengamos plena confianza en Él y, sobre todo, tengamos paciencia y esperemos a cuando Él lo quiera.

Pero, ante esta pregunta, como sucedió con los apóstoles, ¿qué pensamos del Señor? ¿Quién pensamos que es? Experimentamos dudas, tentaciones y deseos de abandonar y regresar a nuestro mundo. La cruz, mi cruz, pesa bastante en muchos momentos, pero siempre, por la Gracia de Dios, acabo preguntándome, como Pedro -Jn 6, 68- ¿a quién iré? Tú tienes palabras de vida eterna.

Y es, Señor, que no me fío de otro ni de otros. El mundo no me merece confianza, y si creo en él es por Ti, Señor. En Ti me apoyo para creer en el hombre, que Tú has creado y amas con locura, hasta el punto de entregar a tu propio Hijo a una muerte de Cruz. Son, los hombres, tus hijos también, aunque no te reconozcan y te rechacen, y me mandas a amarlos como Tú los amas. Para eso, Señor, me has infundido la Gracia del Espíritu Santo en la hora de mi bautizo y me has configurado sacerdote, profeta y rey.

Sí, yo también quiero seguirte junto a Pedro, centro de tu Iglesia, y a todos los demás. unidos en la Iglesia. Quiero seguirte apoyado en Ti, la roca firme que nos sostiene y nos das la fe, para vencer en la lucha de cada día contra el mundo, demonio y carne.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.