miércoles, 22 de agosto de 2018

DIFERENTE MANERA DE VER LAS COSAS

Resultado de imagen de Mt 20,1-16
No cabe ninguna duda que nuestra manera de pensar no es la de Dios. Es de sentido común, pues no sería lógico pensar igual que Dios ya que al hacerlo estaríamos a su misma altura. Dios está por encima de nosotros y nuestra pequeñez se hace patente hasta en la forma de ver las cosas. Mientras nosotros pensamos y medimos las cosas por nuestra razón dando a cada cosa un valor en cuanto al tiempo y al esfuerzo, Dios lo ve todo de otra forma.

Según nosotros, los primeros deberían cobrar más. Es verdad que su contrato fue tratado y fijado en un denario, pero, ¿cómo los últimos que sólo estuvieron poco tiempo reciben lo mismos que los que han pasado todo el día trabajando? Eso no nos cabe en la cabeza, ¿verdad? La respuesta es que Dios no ve las cosas como las vemos nosotros, sus hijos. Para Dios no cuenta el tiempo ni el esfuerzo, Él mira la intención, la obediencia y la fe.

¿Acaso merecemos algo nosotros que, por el pecado original, le hemos rechazado? No merecemos nada pues hemos tirado nuestro salario, por decirlo de alguna forma. Hemos desestimado nuestra invitación al trabajo en la Viña del Señor. Y, por la Gracia y Misericordia de Dios hemos sido redimidos gratuitamente sin merecerlo. ¿Como somos capaces de protestar según nos vaya la vida? ¿Acaso no entendemos que hemos sido contratados, invitados y pagados con el salario del gozo y plenitud de la Vida Eterna? Realmente, ¿qué entendemos?

Esta vida se consumirá de cualquier forma, pero es la gran oportunidad para consumirla en la Voluntad de Dios, porque de esa manera recibiremos el salario que nos abrirá la puerta de la Vida Eterna junto al Padre. No dejes la invitación, a la hora que sea, de responder y aceptar esa llamada a trabajar en la Viña del Señor, porque es la que te abrirá la puerta de la felicidad que tanto te afanas y buscas en este mundo.

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