Lc 6,12-19 |
Jesús lleva tiempo con mucha gente y de entre ella elige a doce personas. Son sus apóstoles y los escoge no mirando las virtudes o su saber, sino su disponibilidad para entregarse a la misión y su confianza en Él. Jesús sabe que de la preparación y enseñanza se encargará, por ahora, Él. Más tarde seguirá el Espíritu Santo, que les irá revelando todo lo necesario y dándoles sabiduría y fortaleza para que puedan llevar a cabo su misión.
También, cada uno de nosotros ha sido elegido en la hora de su bautismo y su respuesta dependerá de la medida de su disponibilidad y confianza en el Señor. No debemos tener miedo por nuestra frágil preparación y pobres cualidades. Será el Espíritu Santo quien nos dará las capacidades y las virtudes necesarias para responder a la Voluntad de Dios y a nuestro compromiso de bautismo. Pero, para ello necesitamos primero abrirnos al Espíritu Santo y dejarnos modelar por su Gracia. Él irá auxiliándonos, fortaleciéndonos y dándonos la sabiduría que necesitamos para cumplir la misión que nos ha sido asignada.
Una misión que consistirá en dar testimonio de que Dios es nuestro Padre y ha enviado a su Hijo a rescatarnos de la esclavitud del pecado y de la muerte.
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