Mc 6,53-56 |
Posiblemente, nuestra fe sea muy pobre y muy débil. No estamos convencidos del poder de nuestro Señor y dudamos de su Palabra, y el camino se nos llena de dudas. Cree y déjate llevar por el Espíritu Santo, ese mismo Espíritu que ya has recibido en tu bautismo y veraz las maravillas que hace el Señor. Lo que tienes que tener en cuenta es que los planes de Dios no son los tuyos. Tú y yo podemos pedir muchas cosas, pero, quizás no nos convienen, o el Señor las hace de otra manera.
También, ten en cuenta que cada persona es libre y el Señor respeta nuestra libertad por encima de todo. De modo que, puede darte luz, pero será esa persona la que determine libremente cambiar su vida o vivir en la verdad. Estemos seguros, eso se los puedo asegurar, que el Señor nos escucha y nos atiende, y nos da todo aquello que nos conviene para aceptar, superar, asumir y soportar las adversidades o contra tiempos de nuestra vida.
Porque, conviene que en algunos momentos tengamos que soportar eso que nos duele y nos mortifica, porque no podemos cambiar la voluntad de otros; conviene que otras veces tengamos que aceptar y soportar la enfermedad que nos viene, porque no estamos fuera de peligro y nos llegará nuestra hora.
Conviene aceptar con entereza y dignidad el mal que nos afecta, pero, no conviene perder la esperanza y la fe en nuestro Señor Jesús, porque, sólo con tocar la orla de su manto quedamos sanados. Él está a nuestro lado, por eso, Muriendo por nosotros nos ha demostrado su amor y Resucitando nos ha dicho que se queda con nosotros para acompañarnos y auxiliarnos en nuestro camino. Porque, Él es realmente el Camino, la Verdad y la Vida.
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