Porque, es Jesús quien quiere encontrarse con nosotros. Nos busca y ha vendido a este mundo para provocar un encuentro con cada uno de nosotros. Ahora, nos ha dado la libertad de elegir o de desearlo. No nos atosiga ni nos impone encontrarnos con Él. Nos deja liberad de elección y espera pacientemente a que nos decidamos. Ahora, la pregunta que nos hacemos es: ¿Quieres encontrarte con Jesús?
Esa fue la respuesta de Zaqueo. Quería conocer a Jesús. Por supuesto, había oído algo de Él y sentía curiosidad por conocerlo. Salió a su encuentro y buscó la manera de verlo claramente. Se puso en su camino y, al ser llamado, respondió abriéndole su casa - su corazón - y escuchando su Palabra. Le acogió y dejó que su Palabra se hundiera en su tierra buena y echara raíces. La consecuencia fue que dió frutos.
También tú y yo tendremos que mirarnos interiormente y descubrir si realmente queremos encontrarnos con Jesús. Porque, Jesús no nos va a exigir ni a violentar ese encuentro con Él. Eso sí, te busca y te llama y te abre sus brazos y su Corazón. Ahora, necesita de ti, como hizo Zaqueo, que salgas a su encuentro y te pongas en su camino. Lo ha dejado en tus manos.
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