¿Alguna vez te has parado para plantearte seriamente quien es Jesús? Seguramente, has oído hablar de Él y, posiblemente, has hablado de Él y has dado tu opinión. Pero, realmente, ¿le conoces? ¿Te has interesado en saber qué ha dicho y hecho? ¿Puedes dar una opinión contrastada y razonada sobre su Persona? ¿O, simplemente, hablas de lo que oyes y te parece o conviene?
Algo así sucedió también en su tiempo. Herodes oía hablar de un tal Jesús y pensó que sería el espíritu de Juan el bautista – a quien él había mandado cortarle la cabeza, según narra el Evangelio de – Mc 6, 14-29 – que había resucitado y poseía poderes milagrosos. Otros pensaban en que era Elías o algún Profeta parecido a los del Antiguo Testamento. Al parecer había opiniones para todos los gustos.
Pero, hoy sigue sucediendo lo mismo. Se habla, se dice y se opina según se oye, pero no se indaga, se busca, se lee y se informa que dice la Escritura acerca de Jesús. Todos saben, sin ni siquiera conocer su Vida, dar una opinión y hablar de su Persona. Incluso, le rechazan y le dan la espalda sin saber nada de Él ni de lo que nos propone. Y muchos que saben lo que proponen y conocen sus obras y milagros tienen endurecido sus corazones y se cierran a su mensaje. Esa es la realidad en la que nos encontramos en esta hora y en este mundo.
Mi respuesta es que Jesús es el Hijo de Dios. Es el Dios encarnado en naturaleza que ha venido al mundo para enseñarnos y señalarnos el Camino de liberación al que estamos – por el pecado – sometidos y esclavizados. Y lo hace entregando su Vida voluntariamente y gratuitamente por amor. Ahora, ¿qué hago yo? Pues, humildemente tratar, asistido y en manos del Espíritu Santo, esforzarme y tratar de responder a lo que Dios me pide y me ha dado. Y, por supuesto, confiando en su Infinita Misericordia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.
Tu comentario se hace importante y necesario.