Lc 4,31-37 |
No
nos está permitido descansar. Tenemos que mantenernos expectante y en atenta
escucha a la Palabra de Dios, porque, al menor descuido y debilidad el demonio
nos asalta y nos seduce. Mucho cuidado con relajarnos, sobre todo en estos
tiempos veraniegos y de vacaciones. Es bueno tomarlas, pero siempre bien
agarrados al Espíritu Santo para mantenernos protegidos ante las tentaciones y
seducciones del demonio.
Necesitamos
crecer en conversión. Nunca estancarnos, y menos, instalarnos en la comodidad y
mediocridad. Es ahí donde el demonio nos quiere, tranquilos, sin inquietudes ni
crecimientos. Conforme con unos cumplimientos y actos piadosos, pero nada más.
Una conciencia tranquila, acomodada, confortable y adormilada para que nuestros
talentos no rindan ni demos frutos.
Quizás no nos damos cuenta de que el diablo está en el mundo. Muchos lo ignoran o no se preocupan de él, y eso juega a su favor. Nos observa e intenta seducirnos. Sabe que nuestra naturaleza está herida y sometida al pecado y, fácil, por tanto, de seducirla. Y si observa que está sola y alejada de Dios, el terreno queda bien preparado para su actuación. Así muchos viven en la necedad, en la ignorancia y acomodados en el pecado. Necesitamos despertar y abrirnos al Espíritu Santo.
Exacto. Nuestro espejo, apoyo, para mí es el Señor y la Virgen Maria, con ellos siempre en mi pensamiento y mi corazon🙏🙏🙏
ResponderEliminarY en y con ellos venceremos siempre.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo en el Señor.