miércoles, 21 de junio de 2023

PRÁCTICAS, DEVOCIONES, ERJECICIOS COMO MEDIOS PARA LLEGAR A DIOS.

Mal asunto cuando confundimos nuestra amistad con Dios con prácticas, devociones o ejercicios. Hay quienes se pasan el día rezando y se olvidan del que tiene a su lado o de las necesidades incluso de los más próximos. No somos más hijos amados por Dios por nuestros oraciones y prácticas sino porque Dios, nuestro Padre, nos ama por Voluntad propia y con infinita misericordia.

Y, precisamente, son esas prácticas, devociones y ejercicios medios que nos ponen en relación con nuestro Padre. Nunca fines sino siempre medios, caminos y enlaces que nos ayudan a hablar con nuestro Padre. Y nunca ocasiones para lucirnos, exhibirnos y mostrarnos verdaderos hijos de Dios delante de los demás. Las oraciones y obras que hagamos deben ser manifestaciones de nuestro amor a Dios desde la libertad, humildad y anonimato.

¿Por qué? Porque son como pruebas donde certificamos de manera anónima y libre nuestra verdadera intención de relación y amor con nuestro Padre Dios. Libre de toda especulación, lucimiento, exhibicionismo y motivación o interés. Rezamos para avivar nuestra relación con Él y para pedirle su Gracia a fin de sostenernos en la lucha de cada día contra los obstáculos y peligros que el mundo, demonio y carne nos tienden.

Y mantenernos interiormente en esa intimidad con su presencia que sabe y conoce todas nuestras preocupaciones, debilidades y problemas por las que le pedimos su presencia y poder para superarlas y sostenernos firmes en su Voluntad y Amor.

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