Podemos caer en la
tentación de creer que simplemente orando y con los brazos cruzados todo se
andará y vendrán las soluciones. Precisamente vivimos en estos momentos en mi
país un grave problema de identidad, de libertad y de unidad, y no nos vale
permanecer con los brazos cruzados sino buscar soluciones dentro de la
legalidad, por supuesto, para resolver el grave problema.
Ni que decir tiene
que la oración es imprescindible, pero una oración activa en el Espíritu Santo rogándole
luz para encontrar iniciativas dentro de la legalidad que entusiasmen al pueblo
para la lucha por la democracia, la justicia, la verdad y, por supuesto, la
libertad. Precisamente eso fue lo que hizo aquel administrador injusto y eso es
lo que están haciendo estos administradores – Gobierno – injusto.
Jesús, no alaba el
procedimiento empleado, pero si admira la astucia, el esfuerzo y la voluntad
con la que aquel administrador injusto buscó solución a su situación. Igual
espera de nosotros que espabilemos y luchemos por buscar el Reino de Dios. Y,
posiblemente, luchar por la unidad, la verdad, la justicia y la libertad de
nuestro País es luchar por establecer el Reino de Dios en este mundo. No hay
mejor forma de amar que dar la vida por el bien de los demás, y al hacerlo por
establecer un país donde reine la paz, la verdad y la justicia para todos lo
estamos haciendo.
Posiblemente el
Evangelio de hoy sea una llamada para que despertemos y pongamos todo lo de
nuestra parte para hacer piña, animar y empujar a que todos despertemos y
busquemos el Reino de Dios. «Porque, no podemos
quedarnos impávido y pasivo ante la elección entre lo honesto o deshonesto;
entre la fidelidad o infidelidad; entre egoísmo o altruismo o entre el bien y
el mal. No se puede oscilar entre el uno y el otro, porque se mueven en lógicas
distintas y contrastantes (18-09-2016- Papa Francisco)»
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.
Tu comentario se hace importante y necesario.