(Lc 14,1-6) |
Piensas que pasas desapercibido, pero tus actos son seguidos por muchos, y según actúes se harán una idea de tu personalidad y forma de pensar y actuar. Así que dependerá mucho de que actúes en verdad y no en mentira e hipocresía. Sobre todo si reparan que eres creyente y piadoso.
Jesús era observado en todo su actuar, y buscaban la manera de comprometerlo y de cogerlo en algún fallo o trampa. Jesús se sabía observado, y por eso se adelanta y pone la cuestión a la luz de todos ante la presencia de un hombre hidrópico que se encontraba allí. « ¿Es lícito curar en sábado, o no?». Pero ellos se callaron. Entonces le
tomó, le curó, y le despidió. Y a ellos les dijo: « ¿A quién de vosotros
se le cae un hijo o un buey a un pozo en día de sábado y no lo saca al
momento?». Y no pudieron replicar a esto.
La verdad sólo tiene una respuesta, la justicia. Porque lo que es verdad, lo es porque es justo. Si tratándose de un hijo o un animal de tu propiedad lo salvas al momento, ¿cómo no se va a permitir que otros hagan lo mismo con una persona? Su pregunta, su argumento y su actuación no dan lugar a ninguna clase de respuesta porque no la tiene. La verdad es tan nítida, clara y evidente que no da lugar a duda.
Igual nos puede pasar a nosotros. Quizás nuestro mensaje no llega claro porque no actuamos en verdad, o porque nos quedamos a medias tintas, o porque dudamos de la asistencia del Espíritu Santo y no nos abandonamos en la confianza total del Señor. Hagamos el esfuerzo de creer que lo que el Señor nos ha dicho y prometido lo va a cumplir.
Pensemos que el Espíritu Santo, en nombre del Padre y del Hijo, nos dará todo aquello que le pidamos y necesitemos, no para nuestro disfrute y egoísmo, sino para nuestra salvación y la de nuestros prójimos.
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