(Jn 20,24-29) |
Así que no hay disculpa. Dependerá de nosotros vivir cada día en la Gracia del Señor. Él nos abre sus brazos y nos da su fortaleza y poder. Dependerá de nosotros creer y confiarnos en su Palabra. Sí, hay muchas dudas, muchos misterios y muchas razones que no alcanzan a descifrar ni entender en Poder y el Misterio de Dios. Pero, ante todo eso, Dios está presente en nuestra vida, y su Hijo, nuestro Señor, se ha hecho Carne, Hombre como nosotros, y nos ha revelado el Amor y la intención del Padre. ¿Se puede pedir más?
Estamos perdonados y salvados. Jesús, el Hijo de Dios, y nuestro Señor, ha dado su Vida por nosotros. Y en eso no hay duda, pues fue crucificado en la Cruz. Y certificada su muerte. Y enterrado en el sepulcro. Luego, ¿dónde está? Porque no se sabe nada de su cadáver, y sin embargo, se sabe dónde fue enterrado. Decididamente, Jesús ha Resucitado. Fundamento de nuestra fe. Y son muchos los testimonios de los que lo han visto y han oído su voz y presentido su presencia. Y, sobre todo, han experimentado su fortalece, su misericordia, su paz y su amor, que les han llenado de gozo y felicidad.
Tomás puede ser un icono de esperanza y de identificación. Porque, cómo él, también nosotros dudamos, pero también nos rendimos a sus manifestaciones de amor a través de los hermanos, de la obra de la Iglesia y, sobre todo, del impulso de nuestros corazones, que experimentamos gozo y alegría al oír su Palabra y sentir su Misericordia. Como Tomás, decimos: "Señor mío y Dios mío".
HERMOSA REFLEXION, ES EL SENOR QUE NOS DA LA FE, LA FE ES UN REGALO DE DIOS.
ResponderEliminarPERO COMO HUMANO QUE SOMOS, HACEMOS COMO TOMAS, QUE EL SENOR NOS AUMENTE LA FE CADA DIA.