viernes, 22 de diciembre de 2017

LA RESPUESTA DE MARÍA A SU PRIMA ISABEL

Ante la respuesta de Isabel al saludo de María, ésta irrumpe con el canto del Magnificat: "Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi salvador..." Leer el este canto y meditarlo nos hará mucho bien. Destaca la humildad y la acción de Dios en favor de los pobres. Su Misericordia es siempre recordada, porque por ella somos perdonados y salvados.

En María vemos las virtudes que la adornan. Virtudes que también debemos pedir nosotros y esforzarnos en vivirlas. No podemos sostener la mirada de Dios si no tratamos de ser humildes, ni tampoco, como nos dice el Papa Francisco, llegar a Él si no lo encontramos en los demás, especialmente en los pobres.

Dios se compadece de aquellos corazones necesitados que son humildes. ¿Qué significa eso? Significa que sólo los que reconocemos nuestros pecados, nuestras limitaciones, nuestra pobreza y necesidad de, en el Señor, alcanzar la limpieza y purificación, por su Infinita Misericordia, podremos encontrarnos con Él y recibir la salvación.

Estamos necesitados del Amor del Señor, pero, para eso es imprescindible reconocernos pecadores y, como María, esclavos agraciados por la Misericordia de Dios, porque todo se lo debemos al Señor. Es verdad que nos resulta imposible comprenderlo, y, en el fondo de nuestro corazón pensamos que tenemos algún derecho. Y que con nuestras obras podemos merecer algo. Está claro, necesitamos ser muy humildes para darnos cuenta de nuestra indignidad y comprender que todo es Gracia de Dios.

No es nada fácil aceptar nuestra humildad. Dentro de nosotros tenemos el germen del pecado que nos hace soberbios y engreídos. Es momento de cantar el Magnificat junto a María y darnos cuenta de la Misericordia de Dios y de la necesidad de nuestra humildad. Y, reconocer que sólo en Él podemos alcanzarla. Pidamos, pues, que el Señor nos dé su Gracia y nos llene de humildad. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.