Se habla mucho de derechos y de libertades, pero, ¿quién fue el primero y único que defendió y defiende los derechos y libertades de la persona? Desde tiempos muy antiguos - y también modernos - ha habido esclavos, leyes esclavizantes que oprimen y privan las libertades de unos frentes a otros. Fue Jesús de Nazaret quien hablo del derecho de la persona - sin distinción de raza y lugar - ante la justicia y la igualdad. Fue Jesús de Nazaret quien defendió al humilde, a oprimido y al sin dignidad ante los que si se consideraban con derecho y dignidad.
Y, después de veintiún siglos, algunos se atribuyen el derecho de ser ellos lo que enarbolaron la bandera de la igualdad y dignidad. Gracias a Jesús - el Señor - la persona goza del derecho a ser digno, respetado y libre. Ayer y hoy, Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios, ha defendido a la persona siempre. El Evangelio de hoy nos narra el acontecimiento de un hecho realizado en sábado: (Mc 2,23-28): Un sábado, cruzaba Jesús por los sembrados, y sus discípulos empezaron a abrir camino arrancando espigas. Decíanle los fariseos: «Mira ¿por qué hacen en sábado lo que no es lícito?». Él les dice: « ¿Nunca habéis leído lo que hizo David cuando tuvo necesidad, y él...?
Todo está en función de la persona, porque, el mundo ha sido creado para disfrute y provecho de la persona. Y, por consiguiente, las leyes y toda norma tienen que legislarse para provecho y bien de la persona. Hacerlo de otra manera es postergar a la persona ante las leyes y someterla a la ley. Así termina Jesús diciendo:
«El sábado ha sido instituido para el hombre y no el hombre para el
sábado. De suerte que el Hijo del hombre también es señor del sábado».
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