miércoles, 30 de noviembre de 2022

DIOS, NUESTRO PADRE, TIENE UN PLAN

El envío de su Hijo, nuestro Señor Jesús, obedece a un Plan de su Padre. Dios, nuestro Padre, quiere anunciarnos su locura de Amor Misericordioso con todas sus criaturas y, de manera especial, al hombre. Porque es el hombre, a quien Él únicamente ha dado entendimiento, quien puede entenderle. Y, por eso, el Dios encarnado en naturaleza humana viene a este mundo a anunciarnos la Buena Noticia.

Y su misión tiene como objetivo formar un grupo de discípulos que continúen su obra en este mundo hasta que Él decida volver. Y así lo ha anunciado y lo hará. Sabemos, por sus mismos apóstoles, que llamados, le siguieron tal y como nos cuenta hoy el Evangelio. Pero ¿no nos llama nuestro Padre Dios, a través de su Hijo, a todos? Esa es la cuestión que el Evangelio de hoy nos pone sobre la mesa.

Posiblemente, nuestro Padre no nos llame a todos a la misma misión. Ha repartido talentos y capacidades de manera desigual y, en consecuencia, exigirá a unos más que a otros. Y esa es la cuestión, ¿qué misión, según mis talentos y cualidades tendré yo? Porque desde ahí Jesús también me invita al Plan evangelizador de su Padre para que yo dé lo mejor de mí mismo y en atención a mis posibilidades y talentos.

Esa pregunta me lleva a mí a replantearme mi vida y tratar de responder a los interrogantes que la vida me plantea. A estar vigilante, atento y siempre con la mirada levantada hacia mi Padre del Cielo en la actitud de búsqueda y de disponibilidad a dejarme guiar por la acción del Espíritu Santo.

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