La importancia del
bautismo es vital. Necesitamos abrirnos al Espíritu de Dios y acogernos a la
dignidad de ser sus hijos. Eso lo alcanzamos en la hora de nuestro bautismo,
donde su Espíritu entra en nosotros. Somos recibidos como hijos de Dios por los
méritos de Jesús, el Hijo Unigénito que entregó su Vida para nuestro rescate de
hijos, y, a partir de aquí, el Espíritu Santo nos acompañará para fortalecernos
y auxiliarnos en los momentos difíciles y de adversidad.
Necesitamos fiarnos de la Palabra de nuestro Señor. Él nos ha enseñado el Camino, la Verdad y la Vida con su propia Vida y Obras, y nos ha dado la Palabra para que entendamos cómo y por dónde debemos de caminar. El Espíritu Santo nos asistirá para que entendamos y sepamos discernir donde está la verdad y por dónde debemos ir. Por tanto, abramos las puertas de nuestro corazón al Espíritu Santo.
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