Es la hora de
buscar el descanso deseado: «Las tan anheladas y
deseadas vacaciones» Sin embargo llegado el momento nos
agobiamos buscando el lugar, la ruta o donde creemos que lo vamos a pasar bien.
Luego, terminados esos días de supuesto descanso experimentamos quizás más
cansancio o no terminamos por sentirnos descansados y en paz.
¿Qué ha sucedido?
Nos preguntamos, porque van pasando los años y con ellos las vacaciones y todo
sigue igual. O mejor, siempre se repite lo mismo: de descanso nada.
Posiblemente más agobio, enfados, incomodidades, atascos, inseguridades, calor
y menos dinero en casa o más deudas.
¿Está el verdadero
descanso en las vacaciones, tener y poder, dinero, comodidades…etc. Porque la
experiencia nos va descubriendo y alertando que detrás de todos estos logros
hay simplemente esfuerzos, afanes, luchas, confrontaciones, enfados, envidias,
venganzas, intranquilidad y, sobre todo, cansancio. Experimentas que con tanto
vives más inseguro e intranquilo.
Seguramente no has
buscado donde realmente está esa paz y gozo. Posiblemente te resulta muy barato
y cercano. Quizás por ser tan pequeño, tan humilde y tan al alcance de todos
piensas que no te va a dar lo que tú buscas. La única solución es probar,
acercarte a ese lugar aparentemente sencillo y humilde y dejar llenarte de su
ambiente, de su aire fresco, de su quietud y, sobre todo, de su Palabra. Sereno
y paciente, escúchale y dejarte invadir por su mirada y verdad. Seguros que
empezarás a sentir gozo, tranquilidad y una paz que te llena y te relaja
felizmente.
Descubres tu propia pequeñez y en ella te experimentas más humilde. Descubres que solo en el Corazón de nuestro Señor Jesús encuentras el alivio y descanso tan buscando en donde no está, el mundo. Solo tienes que abrirte, despojarte de todo lo que te impide avanzar y lastra tu camino. Entonces te darás cuenta de que tu verdadero Tesoro es el Señor. Y está a tu lado, tan cerca que solo tienes que tenderle la mano.
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