lunes, 10 de junio de 2024

BIENAVENTURADOS LOS QUE BUSCAN LA PAZ

Todos sabemos por experiencia que la violencia es camino erróneo. Detrás de cualquier acto violento se esconde la tragedia, el peligro, la injusticia, el desequilibrio y la ruptura de la paz. Nada, aunque valga la pena, justifica la violencia. Y, precisamente, aquellos que se resisten a ella son los que viven en la paz. Y, por tanto, bienaventurados.

Bienaventurados porque son pacíficos, mansos y no buscan alzarse con violencia ante cualquier tentación que les incite a tomarla como defensa propia. Su escudo es Dios y en Él conviven en el esfuerzo diario de la mansedumbre y misericordia. Son pobres de espíritu y abrazan el deseo de compartir lo que son y tienen.  Viven en la esperanza de alcanzar la Gloria del Reino prometido al sentirse hijos, rescatados por los méritos del Hijo de Dios, nuestro Señor Jesús.

Saben y esperan que el final de esta vida es el comienzo de la verdadera y eterna. Y, por eso y para eso, su guía es la Palabra de Dios que les orienta su camino y le lleva a un encuentro gozoso de plenitud y eternidad con el Padre.

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