No se entiende
como actúa Jesús con aquellos jornaleros que llama al caer la tarde. En nuestra
razón no entran esos cálculos que hace Jesús. Nuestra razón nos dice que los
primero – llamados al amanecer – deben recibir más que los que llegan al caer
la tarde. No nos parece justo esa distribución ni apreciación.
Sin embargo, la
actuación de Jesús es sorprendente. Él tiene potestad y poder para dar a cada
cual lo que cree. Su Bondad y Misericordia es Infinita y nos la da
gratuitamente. Nos demuestra que puede dar a los últimos más o igual que a los
primeros. Aquel – llamado buen ladrón, crucificado al lado de Jesús – nos da la
razón.
No merecemos nada,
ni por ser primeros o por ser últimos. Todo es Bondad Infinita de nuestro Padre
Dios, y todo nos es dado gratuitamente. Quizás nuestro mayor logro y esfuerzo
está en ser como niños. Es decir, poner toda nuestra seguridad, como lo hicimos
de pequeño con nuestro padre y madre, ahora en nuestro Padre Dios. Y confiar en
Él plenamente.
Él nos dará lo que nos corresponda según nuestro esfuerzo, pero, nunca olvidemos que, por mucho que hagamos y nos esforcemos, todo será siempre gratuito por su Bondad y Misericordia Infinita. A nosotros nos corresponde tratar de actuar con bondad y misericordia aprendiendo a descubrir que la verdadera felicidad está en la grandeza de lo sencillo. Y que nuestra manera de mirar y andar por el mundo consiste en confiar y fiarnos de nuestro Padre Dios. Es precisamente eso lo que significa ser como niños.
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