martes, 15 de octubre de 2024

SENCILLOS PARA ENTENDER

Resulta que cuanto más complejos somos, más se nos cierra el corazón a la Palabra de Dios. Toda la Buena Noticia se resume y concreta en unas pocas palabras, sencillas y entendibles para todos: Amar a Dios y amar al prójimo.

Y por este orden: Primero Dios y luego el prójimo. De tal manera que sin el Amor de Dios no podremos amar al prójimo. Pero, también, sin el amor al prójimo no podemos amar a Dios. En otras palabras, nos engañamos si decimos amar a Dios y no amamos a los hombres y mujeres que tenemos a nuestro lado.

Todo es así de sencillo. Y sólo los sencillos estarán en disposición de comprenderlo. De ahí la expresión de Jesús: “¡Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! ¡Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien!

Precisamente, de eso se trata, de abajarnos, de humillarnos y de comprender que la felicidad que buscamos no está en las riquezas ni en el poder sino en la pobreza de ser sencillos, humildes y abiertos a recibir la Palabra de Dios. Porque, desde esa simpleza son capaces de aceptar sus limitaciones, sus fragilidades …etc. Distinguir lo que es justo y lo injusto, lo bueno de lo malo, lo que esta bien y lo que no, lo que es servir y lo que es servirse …etc.

Y, por consiguiente, darse cuenta de que la Palabra de Dios es el Camino, la Verdad y la Vida, abrirse a ella y aceptarla.

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