Mt 6,24-34 |
¿Por qué andamos preocupados y afanados en tantas cosas que al final no nos sirven para nada. Es verdad que necesitamos el pan de cada día, pero no mucho más, y la cuestión es que nos llegamos a enfrentar por tantas cosas que luego se quedan todas aquí.
La cuestión está en que no podemos servir a dos señores porque te centrarán en uno y dejarás al otro a medio gas. Vivirás el servicio de uno en la mediocridad y en la hipocresía. Es eso lo que nos pasa a muchos de nosotros que nuestro testimonio no es el correcto no da el nivel del verdadero amor.
Todo se fundamenta en la fe y en la confianza. A más confianza más abandono en las manos del Señor y en su Providencia. Cuándo confías en tu Padre no te entra en la cabeza que no se preocupe por ti y no te provea de lo que necesitas. Preocupándote, y lo digo por experiencia, no se soluciona nada. El resultado es que puedes pasar una noche tensa y luego, por la mañana, aparece la solución de la forma más sencilla. Me ha ocurrido varias veces.
Es verdad que la vida te plantea problemas, acabo de llegar a mi casa cuando esperaba estar el jueves por la tarde. Todo se complicó cuando sorprendentemente mi amigo implantado, ya algo viejo, no resistió los embates del tiempo y dio error. Entonces, de forma inesperada mi retuvieron en el hospital y fui internado repentinamente hasta hoy sábado. Y la cosa podía haberse complicado más tiempo, pero todo, puesto en Manos del Señor, fue resuelto como Él ha decidido, pues la primera decisión del médico es que me quedar hasta el próximo viernes, que tendré que volver, pero ya desde Lanzarote. ´
El Señor manda en nuestras vidas y Él dispone, respetando nuestra libertad, porque así lo ha querido. Padre, sé que me cuidas porque me quieres, y sé que estás pendiente de todas mis cosas. Yo procuraré estar también pendiente de Ti y responderte en todo lo que, desde aquí abajo, voy descubriendo asistido por tu presencia. En tus Manos pongo mi vida.
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