Es evidente que lo
lógico y de sentido común es cerrar los ojos y oídos ante tal cruenta
propuesta. Tener como meta un camino que termina en la cruz no es de buen gusto
para nadie, pero, en este caso es el camino correcto. Y Jesús, que ha venido
para entregar su Vida en la Cruz, quiere que sus discípulos lo sepan. No quiere
ningún seguimiento equivocado y con otro tipo de meta.
También a ti, en
este caso la Iglesia, te propone lo mismo. Fiel a las enseñanzas de Jesús, su
fundador, la Iglesia transmite las enseñanzas de nuestro Señor Jesús
proponiendo el camino que Jesús recorrió y sufrió. Y lo propone porque ese es
el mensaje de la Buena Noticia: Jesús, el Hijo de Dios, muere por todos
nosotros para redimirnos y librarnos del pecado entregando su Vida en una
muerte de Cruz. Y Resucita al tercer día.
Hoy, ya en el
siglo XXI, el mensaje de la Buena Noticia es el mismo, y es eso lo que
proponemos y anunciamos, precisamente en esta página, todos aquello que
formamos la Iglesia tras recibir al Espíritu Santo, en la hora de nuestro
bautismo.
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