Lc 1,26-38 |
Pero, la gran Noticia de este momento, y por lo que se hace precisamente Navidad, es que el Niño Dios, encarnado en Naturaleza Humana, nace en Belén de una joven sencilla y humilde llamada María. El Evangelio de este día nos narra, como si de un cuento de hadas se tratara, la maravilla y el acontecimiento de la Gran y Buena Noticia.
Y todo empieza con la anunciación del Ángel Gabriel a la joven María, la elegida para ser la Madre de Jesús, el Mesías enviado a salvar a todos los hombres. Ese es el significado de la Navidad, es sentirse salvado de la esclavitud del pecado y de la muerte. Y todo empieza por María. Ella es la puerta con la que entra la Navidad, es decir, el Niño Dios que nos invita a que le hagamos un hueco en nuestros corazones para nacer también en cada uno de nosotros.
María deja a un lado sus proyectos, y, a pesar de no entender el plan de Dios, ni el por qué una joven sencilla como ella es elegida para tan importante misión, accede y se fía de su Palabra. Su respuesta es contundente: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». También nosotros somos invitados a colaborar con el plan de Dios y a continuar nuestra misión, la de vivir y transparentar esa Buena Noticia de salvación. Una noticia que reluce ahora en estos días que celebramos la Navidad, para que tiene luz propia y brilla siempre a lo largo de todo el año.
Dispongámonos a celebrar esperanzados la hermosa experiencia de sentirnos salvados y plenos de gozo y felicidad. Para Dios no hay nada imposible y su Palabra tiene siempre cumplimiento.
Y todo empieza con la anunciación del Ángel Gabriel a la joven María, la elegida para ser la Madre de Jesús, el Mesías enviado a salvar a todos los hombres. Ese es el significado de la Navidad, es sentirse salvado de la esclavitud del pecado y de la muerte. Y todo empieza por María. Ella es la puerta con la que entra la Navidad, es decir, el Niño Dios que nos invita a que le hagamos un hueco en nuestros corazones para nacer también en cada uno de nosotros.
María deja a un lado sus proyectos, y, a pesar de no entender el plan de Dios, ni el por qué una joven sencilla como ella es elegida para tan importante misión, accede y se fía de su Palabra. Su respuesta es contundente: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». También nosotros somos invitados a colaborar con el plan de Dios y a continuar nuestra misión, la de vivir y transparentar esa Buena Noticia de salvación. Una noticia que reluce ahora en estos días que celebramos la Navidad, para que tiene luz propia y brilla siempre a lo largo de todo el año.
Dispongámonos a celebrar esperanzados la hermosa experiencia de sentirnos salvados y plenos de gozo y felicidad. Para Dios no hay nada imposible y su Palabra tiene siempre cumplimiento.
FELIZ NAVIDAD
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