Hay una unión más
grande y fuerte que la propia de los vínculos de sangre. Es evidente que en
este mundo nos unen y forman la familia el vínculo de la sangre. Pero, por
encima de ese vínculo de sangre está el vinculo de la fe. Fe un un solo Padre
que nos crea y nos ama con misericordia infinita.
Somos hermanos en
la fe unidos en la Voluntad del Padre. Un Padre que nos ama y nos libera de la
esclavitud del pecado, que nos separa de Él, perdonándonos con su infinita
misericordia. Por eso, por encima del vínculo de sangre, no une el vínculo de
la fe en un mismo Padre, creador del Cielo y de la tierra, del hombre y todo lo
que ella contiene.
Y es allá, en el
otro mundo, donde estaremos unidos todos como hermanos bajo la Voluntad y Amor
de un solo y mismo Padre.
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