No hay ninguna duda de que en la medida que nos vayamos tratando, nos iremos conociendo mejor. Y ese conocimiento nos llevará a una unión más intensa, más activa y más plena. Y, también, estarán todos de acuerdo que, ese estar integrado más plenamente nos llevará a dar frutos más plenos y cargado de bienes para todos.
Es, sin ninguna duda, la enseñanza que nos ha dejado JESÚS y el reto de hacer nosotros lo mismo si creemos en ÉL. Su misión en la tierra no fue sino responder a la Voluntad del PADRE, manifestándonos su Voluntad de Amor perdonante que le señaló. Porque el Amor de DIOS es un Amor que perdona, pues, sus hijos, le han rechazado, y ante tal rechazo, DIOS, responde con la muerte de su HIJO, para demostrarnos hasta que punto está dispuesto a perdonarnos.
Y nosotros, ciegos ante esta realidad, no entendemos el dar, sin un recibir. Tanto es así, que nuestro amor será amor mientras sea correspondido, más cuando en la otra orilla el amor profesado no nos puede dar, corremos el velo y buscamos otros amores. Eso, que en palabras puede resultar hasta difícil de entender, en la vida se nos descubre cotidianamente a nuestro alrededor.
Basta mirar y hurgar un poco, para entender las causas de todos los males que nos afectan y nos invaden: separaciones, abandonos, abortos, indiferencias, hedonismo, apetencias...etc. Esta mañana oía como un marido, 38 años, invadido por un cáncer de hígado, era abandonado por su mujer. La causa no hace falta descubrirla, todos la pueden imaginar, más aquel con el que ella ahora comparte su amor queda cegado, pues detrás de todo esto sólo hay egoísmo e intereses.
Y cuando esto vuelva a fallar, buscaremos a otro u otra. El problema: "la falta de amor". Y, al mismo tiempo que se abandona a la persona, no se abandona sus propiedades y todo aquello que podamos conseguir. En este caso concreto, ella lo dejó, pero no dejó su casa, que había sido donada por los padres de él. Su suegra, la madre del joven abandonado, que ya ha muerto, implora la Gracia del SEÑOR para poder perdonar, porque se hace muy cuesta arriba hacerlo.
Sin embargo, ésta es la lección. Nuestro PADRE DIOS nos ama perdonándonos, y como prueba de ello nos envía al HIJO, que nos ama hasta morir por nosotros. Y todavía espera la respuesta de muchos que siguen, a ejemplo de esa mujer antes citada, rechazándolo y no queriendo escucharle, ni seguirle. A pesar de todo eso, JESÚS le pida a su PADRE que nos siga esperando y perdonándonos.
¿No tendremos que, agarrados al SEÑOR, ¡nunca solos!, buscar la esperanza de llegar a perdonar como lo hace el SEÑOR con nosotros? Ese es el camino de conversión que tenemos que purificar, y sólo con un corazón como el de JESÚS podemos entenderlo y asumirlo. Cuando nuestros ojos se abren a esa realidad, todo, en XTO.JESÚS, lo podemos perdonar.
Gracias por estas reflexiones. Realmente tienes razón, aunque ese camino de conversión del que hablas es difícil de recorrer. Nada menos que perdonar como Jesús hace con nosotros. Sin embargo, es lo que Él nos pide y por ello, debe ser esa nuestra meta. Nosotros no somos cumplidores de preceptos, somos testigos de Cristo, y debemos pisar en sus huellas e imitarle en todo. Un abrazo.
ResponderEliminarLa dureza del camino, vivida con amor, agarrado a JESÚS, es la única forma de poder hacerlo, porque todo está en el SEÑOR y todo lo hace ÉL.
ResponderEliminarNuestros sufrimientos, tantos corporales como espirituales deben estar vividos en el amor por el SEÑOR, como realmente hizo JESÚS. Sólo así encontraremos ese camino de conversión, porque su Gracia y fuerza no nos faltará.
Un abrazo en XTO.JESÚS.
Que hermosas reflexiones y es por eso que cuando lo tomamos como ejemplo de vida podemos salir adelante. Me has hecho recordar con esto un hermoso libro de Taylor Cadwell, que se llama El que escucha, no sé si lo has leído pero ahí se ve como cualquier problema que tengamos puede ser entendido por Jesús. Saludos cariñosos. Hilda
ResponderEliminarGracias Hilda por tu comentario. La imagen de nuestra vida es un camino que tenemos que recorrer y quietos no lo recorreremos. Hay que empezar. La pregunta es,¿cuando?.
ResponderEliminarMañana, si puedo, haré una reflexión sobre esto, pero desde la optica vivencial.
Un abrazo.