domingo, 23 de marzo de 2025

CIERTAMENTE, DIOS NO NOS CASTIGA

Sucede que las personas que sufren alguna adversidad, al menos nos parece, viene de un castigo de Dios. Y, por otro lado, las que intentan hacer su Voluntad reciben premio y les va bien.

En mi humilde opinión, ni una cosa ni otra. Dios, nuestro Padre, no se mete en esas cosas, si bien, si lo cree necesario actuará. Él es dueño de hacer lo que crea, sobre todo si es para bien de sus hijos.

Las cosas suceden porque los hombres, consciente o inconsciente las provocan con sus actuaciones. A veces aparecen sin intención, por coincidencias en el tiempo o en la acción, y otras por nuestras irresponsabilidades, errores y pecados. Dios ha dejado el mundo en nuestras manos, y para nuestra salvación. Es cierto que nos acompaña y nos asiste, pero siempre contando con nuestro permiso. Nos ha creado libres y nos deja la libertad para que decidamos nosotros.

Otra cosa es que nos ha creado a su imagen y semejanza, y eso nos inclina, al menos lo experimentamos, deseos de hacer el bien y amar. Y otra, consecuencia de nuestra libertad – si no no seríamos libres – inclinados a dejarnos seducir por nuestras pasiones, ambiciones y egoísmos. La sombra del pecado nos acompaña y nos somete si no acudimos al Espíritu Santo, que desde la hora de nuestro bautismo está presente en nosotros.

La paciencia de nuestro Padre Dios, así como su Misericordia es Infinita, y, a pesar de nuestras meteduras de pata, errores y pecados, nuestro Padre nos da siempre la oportunidad de arrepentirnos y convertimos. Así nos lo dice en el Evangelio de hoy con esta parábola: «Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar … Pero el viñador respondió: “Señor, déjala todavía este año y mientras tanto yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto en adelante. Si no, la puedes cortar”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.