sábado, 31 de agosto de 2013

CAER Y LEVANTARSE

Mt 25, 14-30

No es cuestión de rendirse ni de amilanarse. Se trata de levantarse cada vez que se cae, pues solo caminando se puede alcanzar la meta del camino. Luchar cada día es la consigna: Luchar con todos los talentos recibidos para dar los frutos esperados.

Frutos que son causa del esfuerzo de amar. Pues, así como me ama Dios, de la misma manera debo hacerlo yo. E igual que, de Él, he recibido todos mis talentos de forma gratuita, también yo he de ponerlos gratuitamente al servicio de los demás.

No hay que mirar atrás; no hay que llorar ni lamentarse de tiempos pasados, perdidos, fracasados y mal gastados. Hay que levantarse y continuar el camino poniendo todo nuestro ser en responder a todo aquellos dones, atributos y talentos recibidos gratuitamente en favor y servicio de los demás.

Se nos pedirá cuenta de nuestra propia fortuna. ¡Sea la que sea! De cómo y dónde la hemos gastado. De los beneficios o frutos obtenidos y de cómo la hemos empleado. Tratemos de mirarnos y de dar rendimiento a esos talentos que nos ha sido confiados. Esa es la misión más importante de nuestra vida, y la única que merece la pena hacer.

1 comentario:

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