martes, 5 de octubre de 2021

LA CLAVE: PERMANECER EN EL SEÑOR

 

Todos necesitamos pedir y también buscar. Nos pasamos toda nuestra vida buscando y, en consecuencia, llamando y pidiendo todo lo que necesitamos para sostenernos en pie y buscar, seguir buscando. La perseverancia en buscar nace de la inquietud que tengamos sembrada en nuestro corazón. Diría que tenemos mucha necesidad de sembrar esa semilla de búsqueda constante en nuestro propio corazón. Porque, es a partir de ahí donde encontraremos esa imperiosa necesidad de pedir y llamar para que esa búsqueda sea fructuosa y abundante.

El efecto contrario sería pararnos, instalarnos en la pasividad de, cruzados de brazos, esperar que todo nos sea dado, regalado y venido como llovido del Cielo. Si, bien es verdad, y eso no debemos de olvidarlo, más tenerlo muy presente, todo es regalo de nuestro Padre Dios. Posiblemente, nuestras insistencias, nuestras búsquedas, llamadas y pedidos serán como la obediencia a nuestra fe. Serán los signos y señales con los que manifestamos visiblemente nuestra respuesta a nuestro Padre Dios.

Todo nos viene de Él, y no por méritos nuestro, sino por su Amor Misericordioso gratuito y misterioso, que nunca entenderemos. Pero, nuestro Padre Dios ha querido que, al darnos libertad para elegir, se lo pidamos haciendo visible nuestra aceptación de ser sus hijos y de reconocerle como Padre. Y eso nos exige a pedir, llamar y buscar. Lo mismo que hacemos desde pequeños con nuestros padres de este mundo.

De modo que, Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se las pidan!

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