sábado, 29 de abril de 2017

DESCANSADOS EN TI, SEÑOR

(Mt 11,25-30)
La sabiduría no está en este mundo, pero son muchos los que así lo creen y la buscan en él, incluso utilizando al Señor. Y es un grave error, porque aquí en este mundo no se encuentra. Todos esos esfuerzos van mal encaminados, son erróneos, confunden y dispersan.

Todo lo que hemos recibido nos viene de Dios, de lo alto y a quién Él se lo quiera dar. Se la esconde a los soberbios y se la da a los sencillos y humildes. Para Dios nada hay imposible, por lo que todo lo que haga y quiera se hará. Sin embargo, para nuestra razón sí. Luego, ¿cómo queremos entender a Dios y explicárnoslo con nuestra razón limitada? Ahí se esconde nuestra grave error.

Posiblemente, ese sea nuestro mayor pecado, querer dar razones del misterio de Dios con nuestra limitada razón. Necesitamos, por eso, la fe y la confianza en Dios, que nos salva. En Él descansamos y apoyamos, porque, Él, es nuestra sabiduría y nuestra esperanza. Todo nos es regalado, nos viene del Señor, pues a Él se lo ha entregado su Padre, a quien sólo conoce Él..

Se hace, pues, necesario descansar en el Señor, que es manso y humilde, y en el que nosotros, pobres pecadores, debemos mirarnos. Dejémonos iluminar por el Espíritu Santo, de donde nos viene toda Luz y Sabiduría. Y, abriéndonos aceptemos su Palabra llevándola a la vida, para, desde Él, ser también luz y camino para otros.

No busquemos la Luz en los libros ni en las palabras, y menos en los hombres. Busquemos en el Espíritu Santo poniéndonos en sus Manos, porque toda sabiduría nos es dada por el Señor, cuándo, dónde y cómo Él quiera y en quién Él quiera. Somos pobres, sencillos y humildes siervos y esclavos suyos, que estamos a su servicio y fieles a sus mandatos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.