martes, 31 de marzo de 2020

LA BRUJULA DE NUESTRO CAMINO: "LA CRUZ"

Sergio E. Valdez Sauad: Juan 8,21-30. JESÚS PASA
No podemos encontrar el camino sin cruz. Es verdad que nadie quiere sufrir y la Iglesia, continuadora de la obra de salvación de Jesús, se afana en mitigar el sufrimiento de los más pobres, de los marginados y excluidos, pero, también es cierto que nuestro camino terrenal termina en la cruz, nuestra muerte. Y a ella llegamos por diversos caminos: enfermedades, accidentes u otras formas que nos violentan y acaban con nuestro periplo aquí en la tierra.

Nuestro Señor nos enseña el camino desde su nacimiento, desde su encarnación en Naturaleza Humana. Su concepción ya fue un camino de espina y de sufrimiento para María y José. Ambos fueron anunciados por el ángel del Señor para anunciarle y descubrirle tanto la concepción por obra del Espíritu Santo, como a José, que era cosa de Dios. Y toda su vida, huida a Egipto, presentación en el Templo... estuvieron llenas de acontecimientos y sorpresas que auguraban un camino de cruz.

Y, obediente a la Voluntad del Padre, Jesús toma la Cruz y en la Cruz manifiesta todo su amor a nosotros. Porque, por esa muerte de Cruz, aceptada voluntariamente, nos da la prueba de su Infinito Amor a cada uno de nosotros y por el que somos, misericordiosamente, perdonados de nuestros pecados y liberados para, recuperando nuestra dignidad de hijos de Dios, entrar en la Gloria de Dios Padre.

Jesús es el Mesías enviado por el Padre que viene a darnos prueba de su Amor entregando su Vida para darnos a nosotros vida eterna. Jesús es la Voluntad de Padre que nos ama y, por los méritos de su Hijo, nuestro Señor, nos manifiesta y nos prueba que quieres salvarnos y compartir su Gloria con cada uno de nosotros.

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