martes, 9 de julio de 2013

¡CONTRADICCIÓN!

(Mt 9,32-38)

No parece lógico ni de sentido común que haya mucha gente que se confiese creyente, y luego, a la hora de arrimar el hombro no parecen tantos. ¿Cómo se puede entender esto? No se puede entender que en las Eucaristías dominicales, hablamos de España, asistan millones de fieles, se dice sobre unos ocho millones, y luego se pueda aprobar la ley del aborto.

No encaja ni cuadra que en un mundo creyente se descubra tantas injusticias, corrupciones y mentiras. Algo falla y el sentido común nos dice que no todo lo que parece es. Hay cosas que se contradicen y solo se entienden desde la realidad, que no son tantos como parecen. O dicho de otra manera, hay mucha ligereza en confesar la fe, pero poco compromiso en ser consecuente con lo que se confiesa. O también, mucha hipocresía. La realidad es la que Jesús nos dice: «La mies es mucha y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies».

El problema es el de siempre, la falta de fe. No nos cuesta aparentar, quedar bien y... pero no damos el paso al frente. Las parroquias están desprovistas de creyentes comprometidos, y la sociedad también. No se distinguen los creyentes de los no creyentes. No hay suficiente levadura para fermentar la masa social que anda corrompida y perdida. Evidentemente, se necesitan más obreros.

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