Es la pregunta más difícil y dura de responder, porque dependiendo de lo que respondas te estás comprometiendo a vivir de acuerdo con esa respuesta. Claro, dando por sentado que eres una persona sensata, seria y responsable con lo que respondes y, por lo tanto, crees.
Eso no te exime de tus flaquezas, de tus fallos, de tus limitaciones y errores, que te harán caer en la trampa más de una vez. Que te harán cometer faltas y fallos con los que otros te señalaran y trataran de derrumbarte. Que te impedirán seguir a JESÚS, pero de cualquier modo, al final, depende de tu querer y voluntad, y todo lo que falte y tú no puedas, no te preocupes, lo pondrá el ESPÍRITU SANTO, enviado para asistirnos y ayudarnos en el camino de seguimiento a JESÚS.
Pedro, asistido por el ESPÍRITU SANTO, responde a JESÚS manifestándole su Divinidad y su Dignidad de ser la Segunda Persona de la Santísima Trinidad. El HIJO de DIOS Vivo. Y JESÚS conscientes de nuestra incredulidad y de nuestras limitaciones para entenderlo les prohibe que lo digan, pues no lo van a entender.
Necesitamos tiempo, necesitamos la Resurrección, necesitamos que la Gloria del SEÑOR sea manifestada y consumida para que, por su Mérito, nuestro rescate de salvación tenga lugar. Es, entonces, cuando la Buena Noticia será extendida, lanzada a los cuatro vientos para ser oída y, con la asistencia del ESPÍRITU SANTO, podamos entenderla.
DIOS mío, danos la sabiduría de poder entender
que, con tu Muerte y Resurrección,
has pagado nuestro rescate
y nuestra salvación. Amén.
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