Desde hace algunos años he descubierto, por la Gracia de Dios, el misterio que se realiza en el acontecimiento de la visitación. María acude, avisada por el ángel Gabriel de que lleva ya seis meses de embarazo , a casa de su prima Isabel para servirle durante el periodo de gestación. Y se produce algo admirable que me deja maravillado y extasiado.
¿Cómo Isabel descubre que en el vientre de María está el Hijo de Dios cuando dice: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!».
¿Puedes darle una explicación racional a ese hecho histórico? ¿O lo justifica mirándolo de lado y tomándolo como una leyenda, cuento o lo que te parezca? En el rezo del santo Rosario ocupa el segundo misterio de gozo. Y es que es realmente un misterio y un milagro que Isabel pudiera saber que su prima María estaba también en cinta del Hijo del Altísimo.
A veces buscamos pruebas y hechos que nos den razones para creer y pasamos por encima de ellas sin ni siquiera mirarlas o detenernos a pensar. Como este acontecimientos hay muchos que llenan la vida de nuestro Señor. Y no digamos de sus milagros, los que sabemos por medio de los Evangelios, porque, seguro que hay más que no se han escrito, pues se harían interminables.
La fe de María es grande y por esa fe entra la salvación en el mundo. También, Isabel, su prima, cree y sabe, por la acción del Espíritu Santo, que la promesa de Dios a María se cumplirá. Y esto no lo puede saber sino también por la acción del Espíritu. Son dos ejemplos y testimonios que nos pueden servir para también ablandar nosotros nuestros corazones y confiar en la Palabra de nuestro Padre Dios.
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