―Está claro ―confirmó Pedro―.
Aparentemente, lo fácil y placentero nos gusta más y nos apetece consumirlo. No
tienen que invitarnos para acceder a lo fácil y gustoso. Pero, a la larga la
cosa no está muy clara.
―Nada clara ―repitió Manuel―. Recorrido el
camino fácil y placentero experimentamos vacío, insatisfacción y, lo más que
podemos sacar es una adicción por desear fuertemente repetir esa experiencia.
Porque, estamos vacíos, igual que antes de llenarnos de ese placer.
―Es verdad ―asintió Pedro―. La sensación
que te queda es de egoísmo, de buscarte y satisfacerte sin pensar en los demás.
Tú mismo empiezas a pensar que ese camino no es bueno y, la prueba, es que te
propones cambiar.
―Se nota en los retiros, los ejercicios
espirituales, las peregrinaciones y todo aquello que mueve a una seria
conversión, un giro drástico y total de nuestra vida. Y es que a pesar de ser
angosta y dura, la Puerta por la que entramos a la Vida es la que nos llena de
plena felicidad y eternidad.
Todos sabemos que esa Puerta es Jesús. Él es la única solución a nuestros problemas y a nuestra salvación eterna. A menos que trates de conocerle, verás enseguida que el mismo te lo deja claro: Jn 14, 1-12 …"Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre si no es por mí"… Jesús es el Señor y está siempre esperando tu acercamiento, tu entrada por esa Puerta que es el mismo. No hay otro camino que te lleve a esa felicidad que buscas. Solo Jesús es el Camino, la Puerta que da paso a la Vida plena y eterna. Él representa toda la Ley y los Profetas, pues en Él se cumple ese Amor Misericordioso de Dios, sobre todo a los más desfavorecidos y necesitados.
Es de sentido común que lo que representa y significa nuestra felicidad sea costoso y presente dificultades. Pues, bien sabemos que lo bueno cuesta y exige esfuerzo. Ese es el significado de la puerta estrecha, una puerta incómoda, exigente, mortificante, sacrificada, pero que da paz y vida eterna. Si la vida nos exige esfuerzo y lucha para vivir y alcanzar cierto bienestar, seguir a Jesús y entrar en su Vida nos dará, a pesar de la dureza del camino, esa felicidad que buscamos eternamente.
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