Seguramente hemos
oído alguna vez que quien no perdona no descansa. Ese deseo de venganza dentro
de tu corazón no te deja en paz ni incluso cuando tienes la posibilidad de satisfacerlo.
La paz está relacionada con la reconciliación y la reconciliación pasa por vaciar
tu corazón de todo resentimiento y deseo de venganza.
Se trata de hacer
la paz. Eso significa que el respeto a la libertad debe ser la opción primera.
Una libertad bien entendida, porque no es libertad imponer tus pensamientos,
satisfacer tus egoísmos y pasar por encima de todo aquel que no está de acuerdo
con tu manera de actuar. La libertad busca siempre el bien de todos, el respeto
y la igualdad. La verdadera libertad te protege, respeta tus derechos
entendiéndolos como iguales a los míos y acepta tus pensamientos y tu manera de
vivir siempre de acuerdo con no perjudicar ni imponerte a los demás.
Hemos sido creados
libres para vivir en libertad y serás tú, persona humana, la que dirija tu vida
de acuerdos con tus ideas y creencias. Ahora, también serás responsable de tus
actos y de tus decisiones. De modo que todo aquel, y somos todos, de buen gusto
elegirá ser feliz eternamente. Y esa máxima aspiración solo te la puede dar
Jesús, el Hijo de Dios, que ya te la anuncia con su Vida, Palabra y Obras.
Por lo tanto, no
podemos quedarnos tranquilos y conformes con nuestra manera de actuar ni con la
que nos testimonian otros. Siempre debemos estar en actitud de superarnos, de
perfeccionarnos y de, cada día, ser mejores personas y, si cabe, más perfectas.
Ya nos lo advierte Jesús en el Evangelio de hoy: (Mt 5,20-26): En
aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si vuestra justicia no es mayor que
la de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos». Habéis
oído que…
Y el camino para conseguirlo ya sabemos cual es, caminar agarrados e injertados en el Espíritu Santo, que lo hemos recibido en la hora de nuestro bautismo. Abiertos a su acción podemos superar todos los obstáculos e irnos perfeccionando con y por su Gracia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.
Tu comentario se hace importante y necesario.