lunes, 2 de septiembre de 2019

EN JESÚS SE ACTUALIZAN SUS PALABRAS

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La Palabra de Jesús es Eterna, y lo que dijo en ese momento también lo dice ahora: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido» (Lc 4,18). Sus Palabras están vigente hoy y ahora, porque Jesús es el Señor de ayer, de hoy y de mañana. Ha existido siempre. Es el Señor del tiempo y del espacio. Pero, también hoy ocurre que, como ocurrió ayer, que muchos no dan crédito a sus Palabras.

Y todos daban testimonio de Él y estaban admirados de las palabras llenas de gracia que salían de su boca. Y decían: «¿No es éste el hijo de José?». Él les dijo: «Seguramente me vais a decir el refrán: ‘Médico, cúrate a ti mismo’. Todo lo que hemos oído que ha sucedido en Cafarnaúm, hazlo también aquí en tu patria». Y añadió: «En verdad os digo que ningún profeta es bien recibido en su patria.

Y eso que nos parece muy lejano y que ahora no sucede es realmente lo que está sucediendo. Cada cual nos inventamos un Dios a nuestra medida; otros lo usamos como una caja mágica a la que acudimos para pedir la solución de nuestros problemas; otros le rechazan porque les parece un cuento y no creen en su Palabra y otros lo justifican como un invento de los curas. Hay opiniones para todos y de todos los gustos. Precisamente, son los que quizás no han tenido la oportunidad de conocerlo los que le buscan o le escuchan con más atención e interés.

Son, precisamente, los pobres, los necesitados los que, porque no tienen otra alternativa o sufren la esclavitud y sometimientos a sus pasiones y necesitan aliviarse los que prestan atención a sus Palabras y confían en Él. Así ocurrió con la viuda de Sarepta y el sirio Naamán. También sucederá con muchos que vienen de afuera y que son últimos. Pongamos nuestro mayor interés en escuchar y confiar en la Palabra del Señor en actitud de disponibilidad y humildad.

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