Lc 1,26-38 |
Según las visiones y revelaciones de la Beata Ana Catalina Emmerick me quedo admirado y asombrado de la respuesta de la joven María como el joven José. También, la gran participación que tuvieron sus padres Joaquín y Ana. Indudablemente, merece la pena leer esas visiones y revelaciones de la Beata Catalina Emmerick que nos pueden abrir nuestra mente a una idea más cercana y real de lo que verdaderamente sucedió en torno a aquellos momentos gloriosos de la encarnación.
Sería muy embarullado, al menos para mí, contarlo, pero la figura de José y Maria representan a unos jóvenes de extraordinarios valores y virtudes escondidas en la sencillez y humildad de su fiel obediencia. Indudablemente, apoyada en una fe confiada y esperanzada en la Palabra de Dios.
Puedo imagina, a través de las visiones de la Beata, que fueron personas que vivieron en la verdad y libertad, tal y como reflexionábamos en el Evangelio de ayer. Sus vidas fueron libremente ofrecidas a Dios. Él representaba para ellos la primera prioridad sobre todas las demás prioridades. Su Palabra fue mandato para sus vidas. Es por tanto fundamental alcanzar la libertad y el despojo de todas esas ataduras que nos esclavizan y nos impiden hacer la Voluntad de Dios posponiéndola a la nuestra.
Porque, sin Verdad no hay libertad, y es, precisamente la libertad la que te lleva a decidir que se haga la Voluntad de Dios en tu vida, no la tuya. ¡Bendito y alabado sea el Señor!
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