El
Evangelio de hoy lunes habla del funcionario que busca a Jesús porque su hija ha
muerto. La causa de la búsqueda de Jesús se produce por una necesidad que no
encuentra respuesta en el mundo. Cuando nuestras esperanzas se desvanecen y experimentan
impotencia y muerte, la única salida y esperanza es el Salvador, el Mesías y,
en consecuencia, se produce la búsqueda de la salvación.
Precisamente,
ese es el anuncio de la Buena Noticia, la victoria de la vida sobre la muerte,
la salvación eterna por la Amorosa Misericordia de nuestro Padre Dios. En lo más
profundo del corazón del hombre se esconde la necesidad imperiosa de amar, de
amar sin límites ni condiciones. Un amor dado y entregado libremente,
precisamente por amor. Un amor que nos viene dado desde lo alto por el Amor
Infinito y Misericordioso del Padre. Y, solo cuando somos capaces de
experimentar y sacar ese amor, escondido en lo más profundo de nuestros
corazones, nos encontramos verdaderamente con nuestro Creador y Señor Dios
Padre todopoderoso.
Es, entonces, cuando, como ocurrió a ese jefe judío, crees firmemente que Jesús puede devolver a la vida. Y, así se lo manifiesta y se lo pide. Al mismo tiempo, una mujer, que padecía flujo de sangre, piensa y cree que tocando el manto de Jesús puede quedar tocada. Y así sucede. Ahora, tú como yo, ¿qué pensamos de Jesús? ¿Creemos también que nos puede, no solo curar sino dar vida eterna? Esa es nuestra reflexión, ¿es Jesús Camino, Verdad y Vida Eterna?
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