Lc 6,39-42 |
Antes de caminar es necesario ver. Ver el camino y por donde tienes que ir. Ver el camino y ver a donde te lleva. Caminar sin ver es una osadía y un atrevimiento que nos lleva al abismo. Es, precisamente, lo que nos dice el Evangelio de hoy viernes: (Lc 6,39-42): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: « ¿Podrá un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? No está el discípulo por encima del maestro. Todo discípulo que esté bien formado, será como su maestro. ¿Cómo es que miras la brizna que...
Y así es como debemos caminar. Caminar siempre en actitud de esfuerzo, de superación y en plena humildad, viendo primero las vigas en nuestros ojos para, luego, también en actitud humilde tratar de quitar las motas en los ojos de nuestros hermanos. Sobre todo de aquellos que se dejan limpiar. Es decir, de aquellos que estamos dispuestos y disponibles a ser corregidos y dejarnos corregir.
Y ese esfuerzo nos exige la escucha atenta de la Palabra de Dios y en tratar de ponerla en práctica cada día de nuestra vida. Es verdad, con nuestras miserias, con nuestras debilidades, con nuestros pecados - vigas y vigas que nos impiden ver - pero con el convencimiento de que la Misericordia de Dios es Infinita y podemos avanzar en ver algo más claro, cada día, el camino por donde debemos y tenemos que caminar.
Sabemos que no vamos solos. Sería una temeridad por nuestra parte. Sabemos que el Maestro - el Señor - nos acompaña y camina con nosotros y que, nuestra meta y esperanza es acercarnos a Él. Es nuestra referencia y modelo y aproximarnos a su Estilo de Vida es la mejor opción para nuestro camino.
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