domingo, 12 de junio de 2022

EL ESPÍRITU SANTO NOS GUIARÁ

No nos convertimos de un día para otro. No es cosa de un instante, aunque esa chispa interior transforme nuestro corazón en un santiamén. La conversión es un camino progresivo que va en aumento, en conocimiento, en disponibilidad y en entrega.

—Todo eso siempre que el Señor no quiera que se realice de otra forma, porque, poder tiene para hacerlo según su Voluntad. —Dijo Manuel. Nos ha creado libre para eso, para contar con nuestra decisión de optar por seguirle, por conocerle y amarle libremente. Por eso, aceptarle y seguirle es un proceso de maduración y, por supuesto, de tiempo.

—Sí, estoy de acuerdo —respondió Pedro—. En la parábola del sembrador podemos encontrar la respuesta a eso que dices. Las semillas caídas en el camino, entre abrojos y zarzas o en tierra poco profunda, necesitan tierra buena y tiempo para dar fruto. Y eso es el proceso que necesitamos para transformar nuestro corazón.

—Dices bien —añadió Manuel. No se trata de oír, de entusiasmarse y de ilusionarse. Se trata de escuchar y de llevar a tu vida esa Palabra escuchada, rumiada e ir experimentándola en tu propia vida.

—Y abiertos a la acción del Espíritu Santo.

—Evidentemente —concretó Manuel—. Es el Espíritu Santo quien hace la obra de conversión. Eso sí, necesita tu permiso, pero, sin Él no hay conversión. Quien nos asiste, nos auxilia y nos va revelando todo lo que, a su tiempo, necesitamos conocer, experimentar y vivir, es el Espíritu de la Verdad.

Y así es. Precisamente, el Evangelio de hoy nos revela eso de lo que hablan nuestros amigos hoy. Son Palabras del Señor que nos dicen: (Jn 16,12-15): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Mucho tengo todavía que deciros, pero ahora no podéis con ello. Cuando venga Él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de venir. Él me dará gloria, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho: ‘Recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros’».

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