Lc 6,12-19 |
Sería
muy bueno e importante ponernos en actitud de escucha de la Palabra de Dios.
Porque, escuchar nos da pie para, si nos abrimos a su Palabra, hacerla vida.
Porque, cuando se escucha se entiende lo que se dice y, escuchar a Jesús supone
experimentar que su Palabra se corresponde con lo que está impreso y late en
nuestros corazones. Jesús responde a todos nuestros interrogantes y a nuestros
más profundos deseos y anhelos. Esa felicidad que buscamos nos la presenta
Jesús a través de sus Palabras y su mensaje de Buena Noticia. Gozo y felicidad
eternas. Entonces, sientes deseos y ganas de hablar con Él y tener una relación íntima con su Persona y a diario. Es lo que conocemos como oración. Y, experimentas que realmente la necesitamos.
—Cuando
escucha a Jesús entiendes que vivir lo que Él dice es la solución a todos los
problemas. Y no una solución que los resuelva, sino una solución que,
aceptándolos, experimentas paz —dijo Manuel.
—¡Es
verdad!, exclamó Pedro. La Palabra de Jesús da respuesta a todos los
interrogantes que tu vida te plantea.
—¡Y
esperanza! —respondió Manuel. Porque, donde y cuando la esperanza de este mundo
termina, empieza la esperanza del Amor Misericordioso que Jesús nos anuncia de
parte de su Padre. En Él todo tiene solución y vida eterna.
En el fondo del corazón humano subyace la esperanza de un mundo donde la verdad, la justicia y el amor sean una realidad. Un mundo lleno de amor y plena felicidad. Un mundo del que nos habla Jesús y nos invita a vivir en la esperanza de alcanzarlo. Pero, para eso tendremos primero que abrir nuestros oídos y escucharle. Su Palabra es Palabra de Vida Eterna.
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