lunes, 14 de diciembre de 2015

NOS AUTO TRAICIONAMOS POR MIEDOS O PARA NO COMPROMETERNOS

(Mt 21,23-27)

Nuestras respuestas, a veces, no responden a lo que creemos y pensamos con sentido común. Muchas veces evadimos nuestros pensamientos por miedos o por no comprometernos. Experimentamos que la vida se nos compromete, y optamos por falsear nuestras respuestas.

Eso ocurrió a aquellos sumos sacerdotes y ancianos, cuando acercándose a Jesús le preguntaron: «¿Con qué autoridad haces esto? ¿Y quién te ha dado tal autoridad?» La respuesta de Jesús fue con otra pregunta: «También yo os voy a preguntar una cosa; si me contestáis a ella, yo os diré a mi vez con qué autoridad hago esto. El bautismo de Juan, ¿de dónde era?, ¿del cielo o de los hombres?». 

El Evangelio nos dice que aquellos sumos sacerdotes y ancianos se vieron comprometidos. Pues, si decían que del cielo, nos preguntarán, ¿por qué no le han creído? Y si decimos de los hombres, tenemos miedo de que se enfrenten con nosotros, pues todos tienen a Juan por profeta. 

En esa disyuntiva, optaron por decir que no lo sabían, y Jesús les pagó con la misma moneda: «Tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto».

Hay muchos momentos que nuestras respuestas no son coherentes, porque las ajustamos a nuestras medidas y no al bien común. El miedo a perder nuestra posición o nuestros privilegios nos induce a mentir o a falsear la respuesta. El compromiso de lo nuevo nos asusta y nos aleja de la verdad.

Podría ser una buena reflexión para estos tiempos que vivimos. Sobre todo ahora, en estos momentos de elecciones política en España. La pregunta que se nos puede estar haciendo desde el Espíritu es: ¿somos coherentes con el voto según nuestra fe?, ¿o parcheamos el mismo auto traicionándonos y, por miedos, nos callamos y no votamos o lo hacemos según nuestros intereses?

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