Virgen del Pilar |
Solo
con Jesús seremos plenamente felices. La cosas que el mundo nos ofrece y con
las que trata de seducirnos son instantes de felicidad a media. ¡Nunca plenas!
Nos engaña dándonos migajas de felicidad que nunca nos satisfacen plenamente.
¡Y además, siempre nos dejan insatisfechos, deseando y buscando más! ¿Es esto
felicidad?
Dios,
nuestro Padre, nos ha creado no para pequeñas satisfacciones, precisamente con
las que nos quiere engañar este mundo. Dios nos ha creado para que seamos
plenamente felices, para las grandes alegrías del cielo y para esa felicidad
eterna que buscamos y perseguimos. ¡No nos dejemos engañar!
Pensemos que cada vez que tomamos el Rosario en nuestras manos y le rezamos, junto a nuestra Madre que nos mira y acompaña desde el Cielo, damos un paso adelante hacia la gran meta de la vida: La plena y gozosa felicidad junto a nuestro Padre Dios. Busquemos a nuestra Madre y, dejándonos aconsejar por ella, que nos quiere con un amor grande de Madre para llevarnos al encuentro con su Hijo, nuestra única oportunidad de salvación eterna. ¡Gracias, Señor, por tu Infinita Misericordia.
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