miércoles, 10 de febrero de 2021

TODO LO IMPURO Y MALIGNO SE CUECE DENTRO DE TI


El pecado no está fuera de ti, sino que se cuece en tu interior, más concretamente en tu corazón. Es verdad que por los sentidos se activan tus pasiones, pero, siempre gobernadas por tu corazón. Desde él puedes rechazar todo lo que - por los sentidos - entra dentro de ti y expulsarlo fuera de ti.

Todo lo creado es bueno. Dios lo ha creado para provecho y bien del hombre, pero, el hombre no lo utiliza bien, lo envenena, por decirlo de alguna forma, y lo estropea. Dentro del hombre viven las malas intenciones que contaminan todo lo que viene de fuera. Dicho de otra forma, el pecado se cuece dentro de tu corazón: Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen las intenciones malas: fornicaciones, robos, asesinatos, adulterios, avaricias, maldades, fraude, libertinaje, envidia, injuria, insolencia, insensatez. Todas estas perversidades salen de dentro y contaminan al hombre».

Todo eso descubre la necesidad de limpiarnos y purificarnos externamente. Porque, el peligro está dentro de nosotros mismos. Es cierto que la tentación duerme fuera de nosotros y se manifiesta en todo lo exterior que nos seduce y nos tienta, pero, es dentro de nosotros cuando se genera y nace el pecado. Son nuestras intenciones las que hacen que nuestra amistad con Dios - nuestro Padre - se rompa. 

Por tanto, tratemos de purificar nuestro corazón y alejarlo de todo aquello que le seduzca y que le ponga en peligro de romper con el Señor. Porque, es su Voluntad la que nos conviene, la que nos hace feliz y nos llena de gozo eterno.

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