sábado, 11 de enero de 2025

RENDIDOS A LA MISERICORDIA DE DIOS

No es cuestión de poder sino de querer. Para nuestro Señor no hay nada imposible, pero tampoco nada que le pueda exigir actuar. Sólo le mueve su Infinita Misericordia, su Ternura y Bondad. Y, sabido esto, nos acercamos a Él con la debida humildad para pedirle, tal y como hizo este leproso del Evangelio de hoy, que nos libre y cure de las lepras que contagian e invaden nuestra vida.

Porque, posiblemente no estemos leprosos de nuestra carne, pero sí podemos estar infectados de otras clases de lepras que horadan nuestra vida y la destruyen hasta el punto de alejarla de nuestro Señor  y arrastrarnos a la perdición.

Tratemos de estar siempre activos en buscar al Señor y en estar a su lado y en su presencia. En Él encontraremos siempre respuestas y solución a nuestros problemas dándole sentido y aceptándolo como pruebas de nuestra fe y confianza en la Infinita Misericordia y Bondad de nuestro Padre Dios.

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